04 marzo 2024

Robot Dreams. Autobiografía, veracidad, cine y España

Cartel con el Empire State sobresaliendo
a la derecha
Como ya indiqué en otra entrada de este blog, me encargaron un artículo para la revista Arquitectura Viva, sobre la extraordinaria película Robot Dreams, dirigida por Pablo Berger. Trabajando sobre ella encontré una serie de aspectos que no tenía sentido incluir en aquel artículo, pero que son interesantes.
Supongo que los lectores ya la han visto y, si no es así, les recomiendo que lo hagan pronto, por lo que no hablaré sobre su argumento, basado en la novela gráfica con el mismo título, creada por la estadounidense Sara Varon, y publicada en 2007. En ella narra la amistad entre un perro y su robot, en un tiempo que podría ser indefinido, si no fuera por el matasellos de una postal, en el que se lee: 17 oct. 2006, y un lugar que parece ser Estados Unidos, porque se ven los rótulos y anagramas del servicio de correos, U.S. Mail, y de la compañía de autobuses, Greyhound Lines, además en la postal antes mencionada, se muestra la dirección del perro, 425 Fifth Pl. Brooklyn, N. Y., que no existe en la realidad.


Autobiografía

Pablo Berger ha declarado: «es mi película más personal, aunque todas tengan mi ADN. Yo he sido ese ese perro en ese apartamento solitario en el East Village, viví diez años en Nueva York y siempre allí, incluso mi último apartamento era muy parecido en el diseño, la altura, el punto de vista que el de la película», añadiendo: «la dirección del apartamento es la misma, el edificio por fuera es aquel apartamento. En Nueva York he sido un perro solitario, he encontrado el amor, el desamor, he vuelto a enamorarme, he hecho amigos, he perdido amigos. Y hay muchas cosas de las que hace Dog en la película que son las cosas que más me gustaban a mí hacer».
Cuando el protagonista, Dog Varon --el mismo apellido que la autora de la novela gráfica-- va al Ayuntamiento, lleva un formulario en la mano en el que se lee su dirección, 528 E 13th St. apt. 3A, --la misma que aparece después en la postal que le manda la pata sofisticada--, la fachada del edificio que se encuentra en esa dirección se reproduce en la película, pero actualmente la calle 13 tiene árboles en ambas aceras, que seguramente no se habían plantado en los años ochenta, porque no aparecen en la película.
Además hay otras coincidencias entre la vida del director y su película, como la canción September de Earth Wind and Fire que es muy importante en la película, una de sus estrofas menciona el 21 de septiembre y el director ha contado que ese «era el día en que nació nuestra única hija. Mis películas son actos de amor, las quiero tanto que son como mis hijos»; además en el formulario antes mencionado, se puede comprobar que Dog ha nacido el 21 de diciembre de 1963, el mismo año que Pablo Berger,

Veracidad

La pata vive en el 167 de la calle Spring en el SOHO y en la película también se reproduce la fachada del edificio que está en ese lugar, además hay otros establecimientos reconocibles, como el restaurante de comida rápida de la cadena White Castle, situado en 490 Sunrise Highway Lynbrook, que ve Robot desde el autobús que le lleva a la playa --aunque sería complicado, porque está en el lado contrario de la autopista--: la magnífica librería Strand en la esquina de las calles 12 E y Broadway --otra bella licencia fílmica hace que al fondo se vea el Empire State, lo que es difícil--; el restaurante español El Quijote en 226 W de la calle 23  y al lado el Hotel Chelsea en 222 W de la misma calle, enfrente se supone que está el edificio donde vive Robot, el 255 W, aunque la fachada actual no sea la que aparece en la película, porque necesitaba tener un significativo óculo en su última planta.
Hay otros muchos paisajes urbanos reconocibles, como la encrucijada de Canal con Mott en Chinatown donde se encuentra una edificación con forma de pagoda; las esquinas de la calle 23 con la 7, y la de la avenida 2 con la 14 E en el East Village cerca del piso de Dog, así como lugares tan notables como Central Park y Times Square.
Respecto a las edificaciones, se pueden ver los puentes de Brooklyn en el plano inicial de la película, Queensboro, así como Alexander Hamilton y detrás el George Washington en un plano cundo los protagonistas están yendo a Ocean Beach. También Robot ve a través de unos binoculares, desde lo alto del Empire State, el edificio que fue de la Pan Am, el Chrysler, el Flatiron, el puente de Williamsburg, la estatua de la Libertad y las Torres Gemelas. En secuencias posteriores se verán el Ayuntamiento y el estadio de los Yankees.

Cine

En Robot Dreams hay varias citas a otras películas  la más importante es la versión de El mago de Oz de 1939, que gracias a una cinta VHS alquilada, ven Perro y Robot en el televisor de su casa y luego es parte fundamental de un sueño de este último en el que va por el camino de baldosas amarillas hacia una ciudad esmeralda que reúne varias edificaciones neoyorquinas, de abajo a arriba: el puente de Brooklyn, el museo Guggenheim, la estatua de la Libertad, la sede de la ONU, el Flatiron y varios rascacielos entre ellos, el Chrysler, el Empire y las Torres Gemelas. Este sueño acaba con un ballet de margaritas que visto desde arriba recuerda a las coreografías del gran Busby Berkeley.
Sin embargo, las citas cinematográficas comienzan antes, porque Perro tiene colgado en la pared detrás de su sofá, un póster de Yoyo, dirigida por el desgraciadamente poco recordado Pierre Étaix. Además se repite el plano de Manhattanque se usó para uno de sus carteles, con Isaac (Woody Allen) y Mary (Diane Keaton) sentados en un banco al lado del antes mencionado puente de Queensboro, pero con Perro y Robot. Estos dos personajes caminan entre la multitud encuadrados de frente, casi como si estuvieran nadando en un mar de cabezas, como le sucedía a Joe (Jon Voight) y Ricco (Dustin Hoffman) en Cowboy de medianoche. Además la noche de Halloween hay niños disfrazados de Drácula, el monstruo de Frankenstein, Freddy Krueger, y las gemelas de El resplandor. Por último, en la caja del VHS antes citado, se puede leer que es del videoclub de Kim, donde el propio Berger alquilaba las películas, y es el tema del documental Kim's Video.
 
España

El último aspecto es más anecdótico, la relación de la película con España. Dog tiene una bolsa de deportes que tiene por fuera a Naranjito, el segundo dueño de Robot come Chupa Chups y la pata se va de viaje y le manda a Dog una postal desde Barcelona con tres imágenes: la Sagrada Familia, el monumento a Colón y un castell delante de una iglesia que parece la de Sitges. Se eligen dos iconos urbanos barceloneses, del mismo modo que se han mostrado iconos neoyorquinos, propios de las imágenes turísticas; además esa postal tiene un sello de 50 céntimos --de peseta-- en el que se ve un personaje que se parece al anterior rey de España, pero con trompa de elefante, quizás recordando su desgraciada afición por la caza de esos animales.

Posiblemente se puedan encontrar más sorpresas en una película llena de detalles como Robot Dreams, y todos ellos sirven para apoyar una buena historia, bien contada.

01 marzo 2024

ARQUITECTURA + CINE + CIUDAD. Reseña en Fotogramas

En la sección «Leer» del último número de la revista Fotogramas, el 2165, correspondiente a marzo de este año --el setenta y siete desde que se fundó--, Conrado Xalabarder ha escrito la siguiente reseña sobre el libro ARQUITECTURA + CINE + CIUDAD:

Jorge Gorostiza es arquitecto y apasionado del cine, y sobre la unión de ambas ha firmado ensayos de mucho interés. En este nuevo volumen recopila textos publicados en su blog (del mismo título) donde diserta sobre los cambios y las influencias que a lo largo de la Historia del Cine ha tenido la arquitectura en las ciudades, su progresiva ficcionalización: la arquitectura y la ciudad no son un mero decorado sino aspectos esenciales del cine, de su dramaturgia y narración.

Para mí es un honor aparecer en as páginas de una revista que compro y leo desde hace más de cuarenta años.

27 febrero 2024

Memoria de Nueva York. Robot Dreams

En el último número de la revista Arquitectura Viva, el 261, correspondiente con los meses de enero y febrero de este año, se ha publicado un artículo, titulado «Memoria de Nueva York: 'Robot Dreams' by Pablo Berger», que escribí sobre esa ciudad
 durante los años ochenta, que es el fondo donde se desarrolla el argumento de esa extraordinaria película de animación, dirigida el año pasado por el cineasta donostiarra Pablo Berger y que recomiendo, porque me parece estupenda.
Como en otras entradas anteriores de este blog, en las que he escrito sobre artículos que he se han publicado en libros o revistas que se encuentran en venta, solo reproduciré los primeros párrafos: 


En 2007 Sara Varon publicó su novela gráfica Robot Dreams, en la que cuenta, solo con imágenes y sin textos, la relación entre un perro y su robot, durante un tiempo indefinido y en un país que parece EE. UU., aunque no se muestren entornos reconocibles.
A finales del año pasado se ha estrenado su adaptación cinematográfica, una película de animación con el mismo título, dirigida por Pablo Berger y también sin diálogos. Se inicia con una vista nocturna del puente de Brooklyn y las Torres Gemelas; después hay un plano de una calle por la noche con un rótulo: East Village; y lo siguiente que se ve es una fachada con solo dos ventanas iluminadas, las del apartamento donde vive Dog Varon, el perro protagonista de la película. No cabe duda que el argumento va a desarrollarse en barrios neoyorquinos y antes de 2001.

Si les interesa recomiendo que compren la revista, en la que además se publica un magnífico artículo de Fernando Lara, titulado: «La arquitectura de los sueños: The World of Hayao Miyazaki», evidentemente sobre la relación entre ese director y los espacios arquitectónicos creados en sus películas que, como bien dice el autor: «aportan densidad y consistencia a los relatos».

14 febrero 2024

La mirada transversal

El sábado pasado el diario La Provincia publicó un artículo escrito por Claudio Utrera sobre el libro Arquitectura + Cine + Ciudad, con el sugerente título «La mirada transversal» y el subtítulo «Un nuevo libro del arquitecto y escritor cinematográfico Jorge Gorostiza explora, desde diversas perspectivas, las conexiones  intertextuales entre el cine y la arquitectura». Con su permiso, l
o reproduzco a continuación:

A medida que el cine sigue experimentando su propia transformación como medio de expresión artística la literatura que lo inspira, ya sea la que se ejerce desde el ámbito de la investigación histórica como desde el campo de la crítica o desde el estudio profundo del lenguaje, va adquiriendo nuevos y sugestivos rumbos encaminados, en la mayoría de los casos, hacia un desarrollo cada vez más ajustado al compás que marcan los nuevos paradigmas en el terreno de la cultura audiovisual. Y eso  significa, en resumidas cuentas, que hemos de mantenernos  permanentemente alerta ante los vertiginosos cambios que se suceden a nuestro alrededor y, de manera muy especial, desde que irrumpieron las nuevas tecnologías como valiosas herramientas para la exploración del complejo escenario sociocultural que nos dibuja la iconosfera del siglo XXI en todos los órdenes. 
“Al mismo tiempo, --destaca Jorge Gorostiza (Santa Cruz de Tenerife, 68 años) en su libro Arquitectura + Cine + Ciudad. Construcciones y miradas (Ediciones Asimétricas, 2023)--las imágenes en movimiento han transformado nuestra percepción del paisaje urbano y arquitectónico. Con este panorama, hoy más que nunca hay que saber mirar, construir una visión que detecte síntomas de lo que está sucediendo incluso en aspectos que, aunque puedan resultar banales, en el fondo son cruciales”. La prueba de cuanto decimos se pone claramente de relieve en esta interesante recopilación de artículos que recoge el veterano escritor tinerfeño en su última publicación, con un único y esclarecedor propósito: mostrar una nueva forma de abordar el fenómeno de la imagen en movimiento a la luz de una mirada que fusione la interpretación canónica del lenguaje audiovisual con la perspectiva que nos proporciona una lectura de ese lenguaje desde los parámetros de la arquitectura. 
Gorostiza, una de las máximas autoridades españolas en su especialidad,  insiste en esa idea, ampliamente abordada en una bibliografía que ya supera los quince volúmenes, según la cual el cine es tan deudor de la arquitectura como la arquitectura moderna lo es del cine, es decir, que existen correlaciones mutuas de las que ambos medios se han nutrido a lo largo de su historia, consolidando un largo y fecundo maridaje a través de un denso catálogo de películas adscritas a los más diversos géneros y tendencias. 
Entre las múltiples investigaciones a propósito de las conexiones entre las grandes urbes y el cine, descubrió, en 1930, la existencia de un viejo proyecto de largometraje, protagonizado por Janet Gaynor, John Garrick, Kenneth MacKenna y Humphrey Bogart, titulado Barcelona y que dirigiría, ahí es nada, el mismísimo John Ford. Naturalmente aquello no pasó de ser una simple noticia aparecida en el Exhibitor Herald World de la que nunca se volvió  hablar.   
Keaton en el jardín de su mansión, donde rodó Pobre Tenorio.
De ahí que en su nuevo libro Gorostiza incluya artículos, publicados previamente en su blog, donde se explica esa hibridación desde la era del cine mudo hasta la actualidad, midiendo, a través de breves pero enjundiosas pinceladas, el alcance de las influencias que describe en las decenas de piezas que integran esta amena e innovadora “declaración de principios”, al tiempo que desvela datos, acontecimientos y anécdotas de corte histórico que nos muestran aspectos poco conocidos para la comunidad cinéfila como, pongamos por caso, el uso de la vieja y suntuosa mansión de Buster Keaton en Beverly Hills para el rodaje de Pobre Tenorio (Parlor, Bedroom and Bath), de Edward Sedgwick, protagonizada por el propio Keaton en 1930, o la aparición de Virginia Travis, uno de los primeros personajes femeninos que ejercen la arquitectura en la pantalla, interpretado por Miriam Hopkins, en la comedia Quien conquista es la mujer (Woman Chases Man,1938), dirigida por el cineasta estadounidense John G. Blytstone e inédita, al menos en nuestro país. Gorostiza resalta el perfil filofeminista del personaje, teniendo en cuenta que se trata de una producción realizada hace 86 años. 
Virginia Travis (Miriam Hopkins) en Quien conquista es la mujer,
intenta convencer al millonario.
En un momento de la película, la arquitecta intenta convencer a un millonario de las bondades de su proyecto mediante unas palabras que habrían desatado la ira de cualquier censor: “ya sé lo que piensa,  que soy una chica, seguro que es eso”, “tengo el valor de un hombre, durante siete años he estudiado como un hombre, he investigado como un hombre y no hay nada femenino en mi mente. Hace siete años renuncié a un compromiso serio con un señor mayor, porque elegí tener una carrera práctica, lo abandoné a la puerta de la iglesia para convertirme en arquitecta y hoy en día  estoy preparada y él, sin embargo, está muerto”, afirma Miriam Hopkins.

Hasta aquí el artículo de Claudio Utrera. 

09 enero 2024

Educar la mirada ante infinitas pantallas

Ayer el Diario de Avisos publicó 
en su sección Tiempo Librela entrevista que me hizo el periodista Santiago Toste, a raíz de la publicación de Arquitectura + Cine + Ciudad: Construcciones y Miradas, por Ediciones Asimétricas, ya comentada aquí hace unas semanas. 
La reproduzco entera a continuación, porque creo que podría ser interesante, gracias a las preguntas del periodista:

Alguien dijo, recuerda Jorge Gorostiza (Santa Cruz de Tenerife, 1956), que el cine es emoción, enseñanza y entretenimiento. En su nuevo libro, Arquitectura + Cine + Ciudad (Ediciones Asimétricas), y en esta charla, el arquitecto y escritor cinematográfico, quien dirigió la Filmoteca Canaria entre 2000 y 2005, entre otros quehaceres, plantea la necesidad de seleccionar la mirada. Ya no solo cuando vivimos la experiencia de sentarnos a oscuras en la butaca de una sala de proyecciones, sino también ante la imparable profusión de imágenes en movimiento, en un número casi infinito de pantallas, que se da hoy. “Esa selección de la mirada, esa búsqueda de criterio, es la que nos brindan los grandes cineastas de la historia, que nos enseñan a mirar y, a veces, hasta a vivir”, subraya Gorostiza.
“Mi padre me llevaba de niño al cine a ver películas de romanos y del oeste -detalla-, que ahora llamamos péplums y wésterns, y entonces no. No tardé en darme cuenta que existían muchas relaciones entre el cine y la arquitectura”.

Labor profesional

“La ciudad es un conjunto de arquitecturas. Es decir, que para mí, en ese sentido, arquitectura y ciudad son casi lo mismo”, responde cuando se le pregunta por el título de su ensayo, que alude a aspectos que reflejan, antes que pasiones personales, una labor profesional. “Me considero un profesional de la escritura, como muchos otros, que en este caso está muy interesado en el cine. Escribo desde 1990. Ya entonces era arquitecto, pero el cine comenzó a gustarme antes que la arquitectura”.

El blog

Mucho del contenido de esta nueva obra parte del blog homónimo que ha escrito durante años Jorge Gorostiza, y que le ha servido como registro, prácticamente en tiempo real, de sus reflexiones. “El blog me ofrece una libertad casi total. No hay una estrategia ni una premeditación, sino que se va haciendo a medida que surgen noticias, que me planteo una reflexión sobre algún aspecto que me interesa...”, argumenta Jorge Gorostiza, quien precisa que el blog Arquitectura + Cine + Ciudad nació antes de la aparición de Facebook, por lo que fue concebido como un “centro de reunión”.
“Ahora es mucho más fácil relacionarse con gente de todo el mundo que comparte tus inquietudes y, afortunadamente, hay muchísimas personas que escriben sobre cine y arquitectura, y lo hacen muy bien, planteando cuestiones
muy interesantes”, apostilla. 
En su libro, sin ir más lejos, Jorge Gorostiza habla de los cambios, de las transformaciones de costumbres e ideas que se están generando en el siglo XXI merced a las nuevas tecnologías. “Hay que pensar que muchas de estas innovaciones eran ciencia ficción cuando comencé a interesarme por el cine”, expone. “Todos tenemos hoy en el bolsillo una pantalla y una cámara. El cine proyectado en los palacios cinematográficos, como los llamaban antes, está en retroceso. Continuará con los blockbusters, con los festivales, con los ciclos muy especializados..., pero la gente cada vez acude menos a las salas”.
“Pero, por otro lado -agrega-, se da el contrasentido de que nunca antes hemos tenido mayor acceso a las imágenes en movimiento. Tanto es así, que ya no solo las vemos en esos dispositivos que guardamos en nuestros bolsillos, sino que también las pantallas tapan los edificios de las ciudades. En las grandes metrópolis casi no se ven edificios, sino grandes pantallas que proyectan publicidad. Las pantallas han invadido el mundo y no podemos rechazarlas, a menos que decidamos irnos a vivir a una cueva como eremitas”.

Aprender

“Lo que tenemos que haceres saber cómo funcionan y aprender”, recalca. “Algo parecido ocurrió con la llegada de la televisión: decían que invadía nuestras casas y nos comía el cerebro, pero entonces, como ahora, de lo que se trataba era de saber elegir los buenos contenidos y de rechazar los malos. Y eso hay que enseñarlo. Hay que enseñar a las nuevas generaciones a discernir entre lo que es interesante y lo que no”.
En este punto, Gorostiza recuerda que el cine es también una herramienta de entretenimiento y evasión. “Eso está bien, no es nada malo, incluso vemos películas que sabemos que son muy malas y nos divertimos con ellas, pero, sobre todo, es un instrumento de aprendizaje”.

La ficción

De similar manera, alude a una nueva “ficcionalización de lo real” y a nuevas fórmulas para evadirse. “La ficción es importante en nuestras vidas, es beneficiosa. Lo que no es bueno es estar fuera de la realidad todo el rato”, afirma. “Siempre ha habido personas que se han obsesionado, que se han dejado convencer por la ficción”, explica. “Un ejemplo literario lo tenemos en Alonso Quijano, Don Quijote, que se creyó los libros de caballerías que leía y salió al campo a luchar contra gente inexistente”.
“La imagen en movimiento, la televisión, el cine, los videojuegos... tienen que servir para aprender. Yo he aprendido muchísimo en el cine, de otras vidas, de otras gentes, de otras historias. Y en la televisión, pues lo mismo”, expone.
Escribir el libro Arquitectura + Cine + Ciudad ha sido una tarea que en principio parecía más sencilla de lo que realmente ha sido: “En teoría, se trataba de elegir entradas de mi blog y quizás transformarlas un poco. Sin embargo, no ha sido fácil enfrentarme a textos que escribí hace tiempo, porque nunca estoy demasiado contento con lo que escribo. Siempre pienso que podría haberlo hecho mejor. Luego hay que seleccionar esos textos, lo que también es complejo, y en eso me han ayudado mucho los editores, agruparlos y conceptualizarlos”.
“Es curioso: en el desarrollo de todo este proceso -concluye Jorge Gorostiza-, el libro, aunque está basado en todas esas entradas que he ido escribiendo a lo largo de los años, al final no tiene mucho que ver con el blog. Se ha convertido en otra cosa, en otra criatura que tiene una intención muy distinta a la del blog. Y ese resultado, que ha sido la consecuencia de un trabajo que me ha costado bastante, es algo que me gusta mucho”.

Hasta aquí la entrevista. El libro ya se puede encontrar en la página web de Ediciones Asimétricas y en librerías.

06 enero 2024

Mejores películas (y series) de 2023

La revista digital Miradas de Cine, que se publica desde 2002, me solicitó una relación de las que yo creía que han sido las diez las mejores películas del año pasado. Recordaba que ya antes habían confiado en mis opiniones cinéfilos y buscando en mis archivos, he visto que colaborando con ellos desde hace mucho tiempo, siete años, desde 2016, y que además he publicado en este blog las listas de 2020, 2021 y 2022.
Ya he escrito en otras ocasiones que me cuesta mucho elegir las películas para estas listas, porque muchas veces es complicado escoger entre títulos que parecen igual de interesantes; de todos modos, no me importa hacerlo, porque para mí es un honor poder colaborar con cualquier publicación, siempre que intente aportar algo nuevo.
Mi lista del 2023 para Miradas de Cine la he planteado, como siempre, por orden alfabético y es la siguiente:

                    El asesino (The Killer, David Fincher)
                    El sol del futuro (Il sol dell'avvenire, Nanni Moretti)
                    En lo alto (Walk Up, Hong Sang-soo)
                    Fallen Leaves (Fallen Leaves, Aki Kaurismaki)
                    Infinity Pool (Infinity Pool, Brandon Cronenberg)
                    Los delincuentes (Rodrigo Moreno)
                    Marx puede esperar (Marx puó aspettare, Marco Bellocchio)
                    Matar cangrejos (Omar A. Razzak)
                    Rímini (Rimini, Ulrich Seidl)
                    Trenque Lauquen (Laura Citarella)

Como no puedo valorar las películas junto con las series, en esta ocasión añadí por orden de preferencia cinco temporadas de las siguientes:

                    1.- Succession, T4
                    2.- Copenhaguen Cowboy, T1
                    3.- The Bear, T2
                    4.- Slow Horses, T3
                    5.- Arkitekten, T1

Este año ha sido complicado por la calidad de las películas, por lo que además tuve en cuenta veinte más, que por orden alfabético, son las siguientes:

                    20000 especies de abejas (Estíbaliz Urresola)
                    Anatomía de una caída (Anatomie d'une chute, Justine Triert)                   
                     Armageddom Time (Armageddom Time, James Gray)
                    Asteroid City (Asteroid City, Wes Anderson)
                    Cerrar los ojos (Víctor Erice)
                    Creatura (Elena Martín Gimeno)                    
                    Decision to Leave (Heejoil gyeoisim, Park Chan wok)
                    El cielo rojo (Roter Himmel, Christian Petzold)     
                    El maestro jardinero (Master Gardener, Paul Schrader)
                    El norte sobre el vacío (Alejandra Márquez)                    
                    Fuego (Avec amour et achamenent, Claire Denis)
                    Maestro (Maestro, Bradley Cooper)
                    Passages (Passages, Ira Sachs)
                    R. M. N. (R. M. N., Cristian Mungiu)
                    Robot Dreams (Pablo Berger)
                    Safe Place (Sigurno mjesto, Juraj Lerotic)                    
                    Saint Omer (Saint Omer, Alice Diop)
                    Sparta (Sparta, Ulrich Seidl)
                    Tar (Tar, Todd Field)
                    Vidas pasadas (Past Lives, Celine Song)

Y también otras diez series, que son, también por orden alfabético, las siguientes:

                    30 monedas, T2
                    Black Mirror, T6
                    For All the Mankind, T4
                    Jury Duty, T1
                    Liaison, T1
                    Servant, T4
                    Ted Lasso, T3
                    The Crown, T6
                    The Continental, T1
                    The Last of Us, T1

Espero que estas listas le puedan servir a alguien para que descubra y disfrute con nuevas películas y/o series.                 

22 diciembre 2023

ARQUITECTURA + CINE + CIUDAD. Construcciones y miradas

Cubierta del libro
Ayer recibí un correo electrónico de la editorial Asimétricas anunciándome que acababa de publicarse mi libro titulado como este blog: ARQUITECTURA + CINE + CIUDAD, no por falta de originalidad, sino porque en él se han recopilado algunas de sus entradas. 
Está incluido en la colección Ventana Impresa, que, como indica la editorial: «En la era digital, Internet y, más en concreto, las redes sociales nos ayudan a comunicarnos colectivamente, pero además también a reflexionar desde una perspectiva personal y dar rienda suelta a nuestros intereses vitales y compartirlos, sin la barrera de la distancia, con cualquiera que sienta atracción por los mismos temas. Así surgieron, como pequeñas aventuras de emprendimiento alimentadas día a día, entrada a entrada, clic a clic, las plataformas y blogs de referencia que todos hoy seguimos en el mundo online de la arquitectura. Es, para algunas de ellas, momento de recapitulación, selección y edición del trabajo volcado en la nube para, de manera inversa, hacer físico lo digital y plasmar sobre el papel todo el saber acumulado durante el vuelo».
En la cubierta del libro aparece un texto que resume los textos que contiene: «Durante el siglo XXI las costumbres y, sobre todo, las ideas se han ido modificando vertiginosamente debido a la popularización de nuevas tecnologías audiovisuales. La arquitectura, la ciudad y el cine también han sufrido este cambio, interactuando entre sí hasta convertirse en un sumatorio cuyo resultado es la progresiva ficcionalización de lo real. La arquitectura y la ciudad ya no son solo un decorado que se ve en las pantallas detrás de los personajes, sino que han devenido aspectos esenciales del cine. Al mismo tiempo, las imágenes en movimiento han transformado nuestra percepción del paisaje urbano y arquitectónico. Con este panorama, hoy más que nunca hay que saber mirar, construir una visión que detecte síntomas de lo que está sucediendo incluso en aspectos que, aunque puedan parecen banales, en el fondo son cruciales».
La verdad es que cuando empecé con este libro me pareció que iba a ser sencillo, porque se suponía que solo iba a consistir en elegir unas entradas de este blog, sin embargo, no era tan fácil, primero porque la simple elección era complicada, pero además había que agruparlos, dándole un sentido al trabajo realizado y también contextualizarlos y por último, y no menos complicado, escoger una sola imagen para cada uno de los textos.
He de confesar que los editores de Asimétricas fueron fundamentales en todo este recorrido, porque gracias a sus criterios analíticos, mejoraron el resultado final. 
Ahora lo importante es que el trabajo haya valido la pena y, sobre todo, que los textos le interesen a los lectores.

12 diciembre 2023

Ciudad pánico

Cubierta del libro

Varias razones me han impedido publicar en su momento una reseña sobre Ciudad Pánico: Morfologías urbanas del horror, que se publicó coincidiendo con le celebración del último Festival de Sitges, estupendamente editado por Hermenaute.
Este libro coordinado, como otros del Festival, por Ángel Sala y Jordi Sánchez Navarro, comienza con un prólogo de los coordinadores y está dividido en los siguientes apartados:
Sánchez-Navarro habla en el primer capítulo sobre la representación de algunas ciudades italianas legendarias en el cine de terror y su relación con el concepto de lo sublime terrorífico. Yo elegí analizar, a través de los nombres y la morfología urbana, como funcionan las urbes imaginadas y los pueblos inventados en las ficciones cinematográficas. Los guetos y suburbios residenciales son el material que ha tratado Victoria Santamaría Ibor en su texto. Símbolo del colapso del siglo XX, Detroit es uno de los feroces escenarios predilectos del terror contemporáneo, analiza por Lluís RuedaÁngel Sala propone un recorrido los muchos horrores de la ciudad total, por las grandes megalópolis urbanas de la actualidad. Antonio José Navarro con su solvencia habitual, establece una muy especial cartografía española del miedo urbano. Carlos Tabernero estudia la representación de las ciudades abandonadas. El volumen se cierra con una selección de películas comentadas por Xavi Sánchez Pons y Ángel Sala.
Como en otras entradas de este blog, reproduzco a continuación los primeros párrafos de mi artículo:

La ciudad es una de las creaciones humanas más compleja, controvertida y fascinante, por eso puede analizarse tomando como punto de partida varias disciplinas diferentes y abordando temas muy diversos. Uno de ellos es su perversidad, el daño que causa y el horror que provoca, ya que la urbe, como ha escrito Marta Llorente, es «un ámbito para la extensión del temor y la vivencia del miedo», porque «está fuertemente vinculado al espacio; adquiere significación plena en los distintos teatros de la imaginación y de la memoria. Se muestra crudamente en los escenarios de la realidad. El miedo se afinca en territorios privados y en escenarios públicos. El marco de la ciudad supone, para cada uno de sus habitantes, una escena en la que se establece la figura de sus temores, el espectro del miedo».
Entre todas las clases de ciudades, las denominadas ficticias, que también pueden llamarse imaginadas y legendarias, son aquellas que solo se pueden conocer y analizar a través de una ficción, es decir, nunca existieron, ni posiblemente llegarán a existir y al mismo tiempo pueden ser todas ellas, con la ventaja que tanto sus morfologías como los problemas de sus habitantes se pueden extrapolar a muchas otras. 

Si quieren seguir leyéndolo les recomiendo que compren el libro, sobre todo, en una librería, como por ejemplo en la madrileña Ocho y medio.

28 noviembre 2023

Votaciones a los Premios Goya 2023

Ayer a las 14.00, hora peninsular española, se ha cerrado el plazo para que los miembros de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España, realicemos la votación de la primera ronda de los Premios Goya de este año. 

Esta votación es secreta, pero no creo que influya en alguien o lo perjudique publicando la lista de las películas que he elegido, ya lo hice el año pasado, el el anterior y el anterior, convirtiéndose casi en una tradición, aunque, como escribí entonces: «no creo que le interese a muchas personas» y si acaso podrán criticar o asombrarse con mi forma de entender el cine actual, teniendo en cuenta las películas que he seleccionado:



Largometraje: Matar cangrejos, Omar Al Abdul Razzak.
Largometraje documental: Samsara, Lois Patiño.
Largometraje de animación: Robot Dreams, Pablo Berger.
Largometraje iberoamericano: El norte sobre el vacío, Alejandra Márquez Abella (México).
Largometraje europeo: Aftersun, Charlotte Wells.
Cortometraje de ficción: Diez minutos para medianoche, Mario Sanz.
Cortometraje documental: Aitana, Marina Alberti.
Cortometraje de animación: De imperio, Alessandro Novelli.

Termino como los dos años anteriores: «Las películas a las que voto rara vez son nominadas, pero es algo que no importa, porque sigo creyendo que mis favoritas son las más interesantes del año, aunque sin duda pueda haber otras también muy estimables. Publico mi lista, pensando que a los cineastas que han trabajado en los títulos elegidos, puede gustarles saber que por lo menos a un espectador --en la mayoría de ellas a muchos más-- les han parecido estupendas».

ACTUALIZACIÓN 10 DE DICIEMBRE DE 2023

Hace unos días que se saben las películas nominadas a los Premios Goya de esta edición, y este año estoy especialmente orgulloso, porque solo he coincidido en dos categorías: largometrajes de animación y europeo, y además el primero era fácil porque solo había seis películas y se han nominado cinco. Sigo creyendo en los títulos que elegí, ahora intentaré votar a lo que prefiero dentro de las limitaciones de las nominadas.

25 octubre 2023

Los Blandings de nuevo

Cartel con los
Blandings
construyendo ellos
mismos su casa.
 
El 2 de octubre pasado, el Colegio Oficial de Arquitectos de Tenerife, la Gomera y el Hierro, me invitó a participar en la Semana de la Arquitectura cuyo tema principal era «calidad de vida». La arquitecta Elena García que la organizó propuso proyectar una película y después mantener un coloquio con el público, entre todos los títulos con los que cuenta la biblioteca del colegio me pareció que el más apropiado al tema mencionado, era Los Blandings ya tienen casa, por tratar temas relacionados con la domesticidad, y aprovechando que este año ha cumplido su setenta y cinco años.
Volví a verla y tomé unas notas para poder hablar sobre ella, que reproduzco aquí junto a otras reflexiones que fueron surgiendo en el coloquio. Primero indiqué que un par de días antes Facebook me había recordado que quince años antes estaba en Costa Rica presentando esa misma película, que estaba incluida en un ciclo en la universidad sobre profesiones, donde también proyectaban El Doctor, en la que, cuando un médico contrae una enfermedad, conoce su profesión desde el punto de vista del enfermo, entendiendo que se había portado de una forma inhumana con sus pacientes; comenté que los arquitectos, gracias a la familia Blanding, sabíamos cómo son los clientes de un arquitecto y, sobre todo los sufrimientos que provoca la construcción de una casa.
Todo comenzó en 1939, cuando el ingeniero químico Eric Hodgins construyó su casa, que tenia un presupuesto inicial de once mil dólares y costó cincuenta y seis mil; arruinado, dos años después tuvo que venderla por treinta y ocho mil dólares a un general del Ejército del Aire retirado. Esta experiencia le sirvió para escribir un cuento corto titulado Mr. Blandings Builds his Castle publicado en Fortune y Life en abril de 1946, ese mismo año, lo amplió y publicó la novela Mr. Blandings Builds His Deanm House, que tuvo un gran éxito de ventas.

Título

Ya se ha mencionado el nombre del cuento: El Sr. Blandings construye su castillo, transformado para la novela en El Sr. Blandings construye la casa de sus sueños --el mismo de la película--, ambos relacionan un castillo con una vivienda soñada y tienen como único protagonista al marido, que es quien aporta el dinero a la familia y el que parece sufrir más con la construcción. En España el título se transformó en Los Blandings ya tienen casa, lo primero que llama la atención es que se conservase el apellido, porque en los años cuarenta se solían modificar los nombres de las películas, “españolizando” o directamente eliminando, términos anglosajones, que se considerasen difíciles de repetir por los españoles de entonces o poco comerciales; el otro aspecto notable es que se le dé el protagonismo a toda la familia, gracias al artículo “los”.
En Francia su título fue Un million clefs en main, que se puede traducir por Un millón, llaves en mano, una expresión que usaba la publicidad inmobiliaria para decir que la casa se vendía totalmente acabada, en este caso por un millón, una cantidad desorbitada en esos años. En Austria se eliminó al marido titulándose Madame wünscht sich ein Haus, Madame quiere una casa, quizás el título más corto y certero fue el brasileño: Lar... Meu Tormento, o sea simplemente: Hogar... mi tormento.
Cartel estadounidense con los rostros
sobre blueprints, como en los títulos
de crédito.
La arquitectura y la construcción adquieren importancia desde el inicio, desde los títulos de crédito, que se van superponiendo a lo que parecen copias de planos de detalles constructivos de carpinterías de madera, de aquella época en blueprints, en papeles con fondo azul y las líneas en blanco, un sistema para hacer copias en el que se superponían los planos dibujados en papel transparente, sobre papel fotográfico, por lo que en las obras se usaban los negativos de los planos originales.
En estos títulos se puede comprobar que figura como asesor John Swope que, por el argumento de la película, debería ser arquitecto, decorador o constructor, pero en realidad fue un reconocido fotógrafo, quizás con buen gusto para la arquitectura. También se puede comprobar que --mencionando un tema actual-- exceptuando a las cinco actrices, dos niñas y tres adultas, no hay mujeres en los títulos, a pesar de que, en aquella época, ya había bastantes que solían trabajar como diseñadoras de vestuario, montadoras, así como encargadas de peluquería y maquillaje.




Producción

Rodaje en el estudio del arquitecto. De izquierda a derecha, el 
director H. C. Potter, el operador Charles Burke y el director de
fotografía James Wong Howe.
Los Blandings ya tienen casa
fue producida por una de las llamadas cinco majors estadounidenses de la época, la RKO Pictures (Radio Keith Orpheum), que había sido la productora de películas tan diferentes entre sí como King Kong, Ciudadano Kane, los últimos tarzanes de Johnny Weissmüller, y los maravillosos musicales protagonizados por Fred Astaire y Ginger Rodgers
El mismo año en que la RKO produjo los Blandings, también estrenó títulos diversos como Fort Apache, Juana de Arco, así como Tarzán y las sirenas, y además la empresa fue adquirida por el multimillonario Howard Hughes, que fue capaz de llevarla a la ruina en muy poco tiempo.
En las películas estadounidenses producidas por los cinco estudios más importantes –Columbia, Metro Goldwyn Mayer, RKO, Universal y Warner Bros--, tenía mucha más importancia el equipo que el director, en esta los responsables de crear los espacios cinematográficos fueron los directores artísticos Albert S. D’Agostino y Carroll Clark, y los ambientadores Darrell Silvera y Harley Miller, todos ellos con una larga trayectoria en la RKO y otras productoras. 
Hay que tener en cuenta que entonces, como ahora, la economía de la producción era fundamental, por eso, se logró resolver todo el argumento solo en cinco interiores: apartamento y casa de los Blandings, oficinas del Sr. Blandings y el abogado, y estudio del arquitecto, así como en pocos exteriores.
Respecto al director de esta película, H. C. Potter, se le debe una de las más delirantes y surrealistas cintas de todos los tiempos, Loquilandia, protagonizada por los olvidados cómicos Olsen y Johnson; Potter se retiró pronto y se dedicó a escribir cuentos y novelas protagonizadas por Sherlock Holmes, llegando a ganar algún premio.
He leído el cuento de Hodgins, pero no la novela, por lo que no sé hasta qué punto el guion de la película es fiel al texto escrito, el primero, acaba con el protagonista soñando con que la casa arde, desapareciendo su problema. Lo que sí estoy seguro es que, conociendo la calidad de sus guionistas, Norman Panama y Melvin Frank, mejoraron y acentuaron sus aspectos cómicos, logrando una caustica representación de las características de una clase social en aquel tiempo. Hay que recordar que las buenas comedias son mucho más críticas con la sociedad de su momento, que otras películas consideradas “políticas”, basta recordar por ejemplo a Ernst Lubitsch, Billy Wilder, Blake Edwards y Jerry Lewis.

Estructura

El edificio casi acabado.
Volviendo a la película, comienza con una visión de Manhattan narrada por el abogado amigo de los Blandings, con textos eminentemente publicitarios, que se contradicen con las imágenes urbanas que se van mostrando, este personaje además rompe la “cuarta pared” al mirar a la cámara, como también sucede al final cuando los tres protagonistas vuelven a hacerlo, invitando a los espectadores a que los visiten en su casa.
La siguiente escena, que se desarrolla a primera hora de la mañana, está compuesta por varios planos entre los que hay uno secuencia sin diálogos, ni música, recorriendo el interior del pequeño apartamento de los Blandings en un rascacielos de Manhattan, mientras la cámara ve siguiendo al padre de la familia y atravesando dos veces un tabique, que está al lado de la cocina, en dos sentidos opuestos, un inicio notable que con pocos recursos y en poco tiempo, informa al espectador del entorno arquitectónico donde están inmersos los personajes y sus dificultades. Además, este movimiento puede relacionarse con la última escena de la película, en el que la cámara montada sobre una grúa va desde encuadrar al protagonista en un plano medio, hacia atrás hasta llegar a uno general mostrando toda la casa, remarcando la importancia de este edificio en el argumento.
La película tiene una estructura convencional separada en tres actos, marcados por la construcción de la vivienda, el primero antes de que se efectúe, el segundo su edificación y por último, cuando ya está finalizada --o casi acabada-- y comienza a ser habitada por la familia.

Personajes

Publicidad de la película en la que los
constructores empujan para encarecer la casa.
Respecto a los protagonistas, ninguno puede servir como modelo, excepto quizás las dos hijas de la familia, que son lúcidas, aunque un poco pedantes; Jim Blandings (Cary Grant) es engreído, torpe, iluso y casi gafe; su esposa (Mirna Loy) siempre quiere consumir más y tenerlo al instante; el amigo abogado, Bill Cole (Melvyn Douglas), desea --y quizás logra-- acostarse con la mujer de su amigo; el empleado de la inmobiliaria es un estafador; el pocero Mr. Tesander (Harry Shannon)) y el palista italiano, Mr. Zucca (Tito Vuolo), dos inútiles; el capataz de los carpinteros (Lex Barker antes de ser Tarzán), un vago; el constructor, John W. Retch (Jason Robards, no confundir con su hijo), un mal profesional, enfocado en obtener el mayor beneficio económico a costa de su cliente, porque desde el principio la preocupación principal de Jim es la económica, saber si va a poder sufragar su casa, sin importarle si es más o menos funcional y/o atractiva.
Por último, el arquitecto Henry L. Simms --¿Tendrá algo que ver el vídeo juego los Sims con él? – es un profesional sobrepasado por la empresa constructora y algo indolente, ya he escrito en La imagen supuesta: Arquitectos en el cine, sobre este personaje, interpretado por Reginald Denny con su acento británico, como si fuera un aristócrata en un mundo que no domina, por cierto, este actor ha sido uno de los que más veces ha interpretado el papel de un arquitecto, en cuatro películas.

Casa

Plano original de Simms.
En la película se ve un plano de las dos plantas de la vivienda, que les muestra el arquitecto en su estudio a sus clientes, y que ellos van modificando, hasta crear el monstruo que refleja sus deseos de cómo debería ser su modo de vida en el futuro, traducidos a formas arquitectónicas. Este plano inicial no es el de la casa una vez construida, aunque tenga algunas semejanzas en su contorno y configuración general.
El chalé donde finalmente van a vivir los Blandings, tiene dos cuerpos adosados, uno de dos plantas y otro de una, con una buhardilla encima, ambos con cubiertas de tejas a dos aguas, su forma es muy convencional y sin interés arquitectónico, aunque sociológicamente pudiera servir para saber cómo podría ser la casa soñada por un estadounidense en aquellos años. 
No se debe olvidar que además en dos imágenes anteriores se ven las viviendas ideales de la esposa, completamente llena de flores en parterres circulares, y del marido, una especie de cottage inglés donde él está por fuera con una escopeta de caza y un mastín, y vestido con ropa también británica, los dos chalés tienen cubiertas a dos aguas y de teja, lo que parece una constante en el sueño de una casa en el campo.
Se ha escrito que esta casa se construyó entera en un terreno para el rodaje de la película y que se mantuvo en pie durante varios años, pero es muy extraño que una edificación de la que solo llegan a verse dos fachadas, se levantase completamente, ya que, por economía de medios, en el cine --y más en el de aquella época--, solo se construía lo que fuera a ser directamente encuadrado por la cámara.
Fotocromo con la maqueta de la casa 
en construcción.
Lo que sí es cierto es que se construyó una maqueta de la casa en obras mostrando su estructura de madera, para que apareciera en las fotos publicitarias, que no es diegética en la película, ya que no se ve durante su metraje, aunque podría haber estado en el estudio de Simms para enseñársela a sus clientes. 
Un estudio que está en la planta baja de una edificación, donde el arquitecto está solo, con un tablero de dibujo que es el único elemento que lo relaciona con su profesión y en el que hay varias pistolas y rifles, colocados en las paredes, como si el arquitecto tuviese que defenderse de alguien, quizás de algún cliente descontento.

Blandings post Blandings

Planos para construir la casa en la 
realidad.
Volviendo a Hodgins, la RKO le pagó veinte mil dólares por los derechos de la adaptación, a pesar de ello intentó volver a comprar su casa, pero no lo consiguió, aprovechando el éxito de la novela y la película, escribió una secuela titulada Blanding's Way, publicada en 1950.
Además en 1951, Cary Grant y su esposa en aquellos años, Betsy Drake, protagonizaron un serial radiofónico sobre la familia Blandings para la cadena NBC.
Los Blandings ya tienen casa obtuvo unas buenas recaudaciones en la taquilla y para aprovechar su popularidad, se usaron sus imágenes en diversos anuncios, como de cubertería, mobiliario, cortinas... y además se construyeron setenta y tres réplicas de la casa por todo Estados Unidos, en ciudades como Beaverton, Chattanooga, Connecticut, Kansas City, Oklahoma City, Portland, Toledo, Tulsa, South Bend y Spokane, alrededor de sesenta fueron equipadas por General Electric y algunas se sortearon en una rifa. 


Los Blandings vendiendo cuberterías.
  
Anuncio de General Electric con la casa de
los Blandings.



















Hasta hace poco tiempo todavía quedaba alguna de esas casas en pie, aunque seguramente sus usuarios ya no recuerden aquella vieja película en blanco y negro titulada Los Blandings ya tienen casa, que sigue siendo casi tan actual como cuando se estrenó.
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