10 octubre 2014

La Cupola de Antonioni y Vitti

Estado actual de la casa. Foto: Flickr
Jean Michel Frodon en su artículo "Venecia: del cine a la Bienal... de arquitectura", publicado en el último número de Caimán Cuadernos de Cine, escribe sobre la exposición Monditalia, incluida en la Bienal de Arquitectura de este año y su asombro ante «la revelación de la Cupola, la extraordinaria villa construida en secreto a mediados de los años sesenta por el arquitecto visionario Dante Bini para Antonioni y Monica Vitti en la Costa Paraíso de Cerdeña».
La verdad es que no conocía este edificio, ni sus circunstancias. Bini proyectó el edificio, según la Wikipedia en los años setenta, aunque hay otras fuentes donde lo datan en 1969 y también afirman que Bini construyó dos casas con forma de cúpula, lo que puede constatarse gracias al Google Maps, una más grande para el director y la otra para el pintor Sergio Vacchi, aunque no hubiera sido extraño que el cineasta y la actriz hubieran vivido separados, como en Roma, donde vivieron en dos pisos comunicados por una escalera que fue cerrada cuando se separaron y sobre ella se colocó una alfombra, que la siguiente esposa de Antonioni levantaba para enseñarle a los visitantes los rastros del anterior amor de su marido.
Volviendo a Cerdeña, la cúpula se construyó con hormigón armado, usando aire comprimido para levantarla, un sistema constructivo inventado por Bini, para hacer lo que denominó Binishells, y con el que ha hecho otras mil seiscientas de estos objetos en veinte países, alguna con un diámetro de cuarenta metros. Respecto a ésta, según cuenta Bini, «Antonioni estaba obsesionado con el olor del mar, la materialidad de las rocas y con el aroma de la vegetación local». En otro lugar se amplían los recuerdos de Bini, al parecer Antonioni le dijo: «quiero que mi casa esté rodeada por el entorno, desde ella quiero oír el sonido del mar y además quiero oír el sonido del viento dentro de mi casa. No quiero vivir en un ambiente bidimensional, sino en un ambiente escultórico», añadiendo «quiero oler el olor de las rocas", cogió un trozo de granito rosa y lo acercó a la nariz del arquitecto y este declaraba: «lo olí y entendí, era increíble. Le dije que antes no le había prestado atención a la naturaleza y que me había enseñado lo que significa la naturaleza».
Sería interesante saber si además de estas indicaciones "sensoriales"· Antonioni influyó en algo más en el diseño del edificio y si estas influencias tuvieron alguna relación con sus películas y con su extraordinaria capacidad e inventiva para mostrar los espacios arquitectónicos y urbanos.
En la Cupola se celebraron bastantes fiestas memorables, y es una lástima no haber podido asistir a alguna de ellas con un vermú seco en la mano y rodeado de gente interesante, pero fue abandonada cuando falleció Antonioni, ahora está casi en ruinas y seguramente desaparecerá. Los edificios, aunque inanimados también tienen un espíritu y han de sufrir los embates y desamores de sus animados propietarios.

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