21 enero 2016

Cine y arquitectura, disciplinas colindantes

Portada de AC, nº 18
Hace unas semanas Pilar Pinchart me pidió si podía escribirle un texto para su revista AC: Cuando la Arquitectura encuentra la Ciudad, que ha ido entregando en las conferencias y mesas redondas que ha desarrollado en el Trespa, en un proyecto con el mismo nombre, financiado por el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes del Gobierno de Chile. Lo cierto es que cuando me lo dijo estaba en un momento muy liado -empiezo a preguntarme cuándo no lo estaré- y se me ocurrió escribir la conferencia que había dado en ese mismo lugar en 2014, cuando me invitó Marcelo Vizcaíno gracias a la UDP, y me la solicitaron los organizadores del AFFS.
Creo que esta revista, de la que se llevan publicados dieciocho números y que le debe mucho en el formato y la maquetación a CIRCO, se repartió gratuitamente antes o después de un coloquio organizado y moderado por Pilar, coincidiendo con el AFFS del año pasado, donde precisamente estaban Marcelo, junto con el cineasta Antti Seppänen y el compositor Sebastián Jatz, sobre el que ya escribí en su momento, que se celebró en el Trespa y en el muy interesante Museo MAVI.
Sólo voy a reproducir aquí el primer párrafo de mi artículo, porque es muy largo:

Luis Fernández-Galiano se preguntaba “si no sería más fructífero considerar arquitectura y cine como disciplinas vecinas tan conscientes de su proximidad como de su identidad diferente y reticentes a eliminar las tapias que separan sus jardines”. Esta imagen de vecindad enseguida recuerda la de muchos barrios periféricos estadounidenses con casas muy parecidas entre sí, como las de Edward Scissorhans (Tim Burton, 1990), donde una fuera el Cine y la colindante la Arquitectura.
Comenzando en la “casa” de la Arquitectura, la cercanía de ambas disciplinas y el interés de cada una por la otra, se refleja en la multitud de libros que tratan sobre temas arquitectónicos en los que aparecen imágenes de películas, aunque casi siempre sean las mismas: L’inhumaine (Marcel L’Herbier, 1924), Metropolis (Fritz Lang, 1927), Blade Runner (Ridley Scott, 1986)… Lo mejor es comenzar por el principio y si se habla del Cine desde la Arquitectura, en lo primero que se piensa es en los cines, en esos edificios que cada vez desaparecen con más velocidad en todo el mundo, destinados a que un grupo de espectadores vea proyecciones cinematográficas, como ejemplos se pueden mencionar algunos creados por reconocidos arquitectos como el La Scala en La Chaux-de-Fonds (Le Corbusier, 1916), el Skandia en Estocolmo (Erik Gunnar Asplund, 1923), el Capitol, am Zoo en Berlín (Hans Poelzig, 1925), el Universum también en Berlín (Erich Mendelsohn, 1928), el Handelsblad Cineac de Amsterdam (Jan Duiker, 1934) y el UFA-Kristallpalast en Dresde (Coop Himmelb(l)au, 1998); un caso particular de estos edificios fueron los denominados cines atmosféricos, cuyo arquitecto más conocido fue John Eberson; en su patio de butacas tenían una decoración adosada a las paredes que recordaba a edificaciones de lugares exóticos e incluso en algunos casos con árboles, mientras en el techo se había pintado un cielo con nubes, como si el espectador estuviera en un espacio exterior, la unión entre realidad y ficción era total cuando se proyectaba alguna película que tuviera relación con el estilo arquitectónico de las edificaciones simuladas en las paredes.

En otras ocasiones, cuando mis artículos se han publicado en libros o revistas que se venden, no los pongo en lugares gratuitos hasta que se han agotado las existencias, esta vez, como la revista no se vende y además es difícil encontrarla fuera de Chile, mi artículo entero estará pronto a disposición de quien quiera leerlo en www,academia.edu, donde también encontrarán otros artículos míos sobre las relaciones entre cine, arquitectura y ciudad.

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